Nuestro trabajo debe impactar hasta lo más profundo
Agosto 2025
Itzel Arellano Cruces

No siempre es fácil abrirse paso en espacios donde, durante años, todo se ha hecho de la misma forma. Cambiar eso requiere tiempo, decisión y valentía.
Llegar a la Tesorería Nacional del PAN como mujer joven ha sido, sin duda, uno de los mayores retos de mi vida profesional. No sólo por la enorme responsabilidad que implica manejar con transparencia y visión los recursos del Partido, sino porque este espacio históricamente ha estado reservado para perfiles distintos. Durante años fue ocupado por hombres de carrera, con trayectorias largas y estilos tradicionales. Por eso, asumir este cargo representa, en muchos sentidos, romper un estereotipo y abrir camino.
Lo más valioso es que no estoy aquí por una cuota ni para cubrir un requisito. Estoy aquí porque el Partido ha entendido que el empoderamiento de las mujeres debe ser genuino y no simbólico. Esta dirigencia ha dado pasos firmes para construir espacios de participación donde las mujeres realmente tomemos decisiones, en donde nuestra voz se escuche y se tome en cuenta. No se trata sólo de estar en la mesa, sino de influir también en las decisiones sobre el rumbo que tomamos.
Este cambio no es menor, marca una diferencia profunda entre incluir mujeres y confiar en mujeres. Es comprender que somos parte de la estrategia, de la planeación y de los momentos clave, porque cuando una mujer entra a un espacio de poder, cambia ella, pero cuando muchas entramos y participamos de verdad cambia el poder.
Desde mi llegada a la Tesorería he buscado que esta área, tradicionalmente técnica y rígida, también tenga rostro humano, que sea un espacio sensible, accesible, con propósito, y con una lógica más cercana a los principios e ideales que defendemos todos los días. No es lo mismo administrar los recursos con una visión meramente contable que hacerlo entendiendo que cada peso puede ser un impulso para una campaña ciudadana, una capacitación o el fortalecimiento de liderazgos que no siempre han tenido la misma visibilidad.
Se han obtenido resultados históricos en términos de aportaciones de recursos federales a las campañas, además de la reducción de sanciones y de la entrega oportuna y transparente de la declaración de uso de recursos públicos. Este es, sin duda, un logro con enfoque femenino: eficiencia con sensibilidad y visión colectiva.
Creo firmemente que la Tesorería también puede y debe ser aliada de las causas, porque ahí se define mucho más de lo que parece. Desde ahí también se construye futuro, se respaldan agendas, se sostiene el trabajo territorial y se garantiza que las decisiones políticas tengan un soporte real.
He vivido en carne propia lo que significa abrirse paso en un espacio que aún sorprende cuando es encabezado por una mujer joven. He sentido la mirada que duda, la pregunta que incomoda, el juicio que no siempre se dice en voz alta, pero que se percibe. Y, al mismo tiempo, he encontrado en este camino a muchas otras mujeres que ya no están dispuestas a pedir permiso, que me han acompañado no sólo en el ejercicio técnico de esta Tesorería, sino respaldando las decisiones que tomamos pensando en el Acción Nacional del futuro.
Tengo la fortuna de sentirme acompañada por los liderazgos femeninos de esta dirigencia, de coincidir con mujeres inteligentes, talentosas y sensibles, que saben que su lugar está donde se toman las decisiones.
Agradezco profundamente a mi coordinadora, directoras, jefas y personal administrativo por acompañarme en este camino y compartir conmigo su visión e inteligencia. A mi secretaria de Promoción Política de la Mujer, Adriana Aguilar, por abrir espacios para que las demás seamos escuchadas, nos capacitemos y crezcamos juntas, y a todos los secretarios de esta dirigencia que se construye cada día en unidad.
También agradezco a aquellos hombres aliados que han respaldado mis decisiones y me han dado siempre mi lugar cuando, por mi edad o género, se ha cuestionado si se pueden tratar “temas” reservados para ellos, especialmente, al presidente Jorge Romero por su confianza y acompañamiento.
Formo parte de una generación que llegó para asumir responsabilidades sin miedo, que entiende que el empoderamiento no se regala, se trabaja. Y que sabe que estar en el PAN implica también dar la batalla desde adentro para que las estructuras reflejen los valores que decimos defender.
El reto es enorme, pero también lo es la convicción. Estoy aquí para servir, cuidar y fortalecer al Partido desde una trinchera clave, pero, sobre todo, estoy aquí para demostrar que las mujeres no sólo podemos estar donde antes no se nos veía, sino que podemos hacerlo con resultados, con visión y con una fuerza que, lejos de dividir, transforma.
Deseo que mi paso por la Tesorería sea una esperanza para aquellas mujeres jóvenes que, como todas, hemos sido cuestionadas al llegar a algún espacio, que sepan que tienen en mí a una aliada de nuestras causas y que seguiré trabajando incansablemente para que nuestro paso por la política impacte hasta lo más profundo, y lo que se cuestione sea por qué las mujeres no estamos al frente.
Itzel Arellano Cruces es Tesorera Nacional del Partido Acción Nacional.
X: @ItzelArellanoC
